El mejor mezcal guerrerense de la Sierra de Zihuaquio es un auténtico tesoro mezcalero, elaborado con agave cupreata silvestre. Con 48.5 grados de alcohol, este mezcal destaca por su intensidad y su sabor inigualable. Las primeras notas que se perciben son intensamente ahumadas, resultado del proceso artesanal de cocción en hornos de tierra, una tradición característica de la región. A esto se suman sutiles toques cítricos que aportan frescura y equilibran el robusto perfil del mezcal, complementados por notas herbáceas que evocan los paisajes agrestes de la sierra y las plantas aromáticas locales.
De cuerpo robusto y textura sedosa, este mezcal ofrece una experiencia sensorial completa, con una persistencia que invita a saborear cada sorbo lentamente. En nariz, despliega una complejidad aromática que combina las notas ahumadas con un trasfondo de hierbas frescas y un ligero toque mineral.
El proceso de elaboración de este mezcal respeta los métodos ancestrales, donde el agave cupreata es cocido en hornos de piedra, molido con tahona y fermentado en tinas de madera. La destilación se realiza en alambiques de cobre, asegurando la pureza y la calidad del producto final. Cada botella representa un verdadero tesoro mezcalero, encapsulando la riqueza cultural y natural de la Sierra de Zihuaquio. La dedicación de los maestros mezcaleros y el uso de agaves silvestres garantizan una autenticidad que se refleja en cada gota.
Este mezcal es ideal para disfrutarse solo, a temperatura ambiente, en un vaso de veladora o de mezcal tradicional, permitiendo apreciar plenamente su complejidad e intensidad. Más que una bebida, es una experiencia que transporta a los sabores y tradiciones de Guerrero, ofreciendo un viaje sensorial a través de cada sorbo.